Jacques Prevert
(1900-1977)
Poeta, letrista y guionista francés en cuya obra, destinada a
un público variado, abundan las referencias a temas como la justicia,
la libertad o la felicidad.
Nació en Neully-sur-Seine en una familia modesta, pasó su juventud
en París, donde trabajó en diferentes oficios antes de unirse con
los vanguardistas y de conocer a Georges Duhamel, Yves Tanguy,
Raymond Queneau y Georges Sadoul del grupo surrealista disidente de
la rue du Château. En 1931 publicó Intento de una descripción de una
cena de cabezas en París-Francia, un poema fantasioso compuesto a
base de calambures y antítesis (véase Figuras de dicción).
Escribió para teatro obras cortas, llevadas a escena por la compañía
del grupo Octobre, compuso canciones que más tarde interpretaron
Juliette Gréco, Yves Montand o los Frères Jacques. También cultivó
su pasión por el cine y redactó (a veces en colaboración con su hermano
Pierre) varios guiones para Marcel Carné (Un drama singular, El muelle
de las brumas, Los niños del paraíso).
Pero fue después de la guerra cuando el poeta obtuvo su mayor éxito con
el libro de poemas Palabras (1945). Decidió mantenerse a distancia de
los debates intelectuales y políticos, y dejó plena libertad a su
sentido de la imagen insólita y a su guasa popular. Con un estilo
próximo al lenguaje de la calle, reconstruyó la vida cotidiana,
invitando al lector a fiarse del poder de la palabra para obtener la
felicidad, tanto individual como colectiva.
Su obra se enriqueció con multitud de poemas como Historias (1946),
Espectáculo (1951), La lluvia y el buen tiempo (1955) que van evocando
por temas el amor, la libertad, el sueño y la imaginación, siempre dando
testimonio de su compromiso y compasión por los humildes y los
desafortunados. Sus ataques verbales contra los gobernantes y, en general,
contra las instituciones, acreditan la imagen de poeta libertario: se
mostraba únicamente hostil ante cualquier forma de opresión social.
El humor, del que hace gala en sus textos y en sus obras de estilo collage,
como Fatras (1966) y Cosas y otros (1972), recuerda su adhesión, menos
casual de lo que parece, al surrealismo. Dedicó el final de su vida a su a
ctividad de letrista: Cincuenta canciones Prévert-Kosma (póstuma, 1977).
Escribió también textos de literatura infantil, como Cuentos para niños
malos (póstuma, 1977) y Canción para cantar a voz en grito
y a la pata coja (1985, póstuma también).