Poemas
UNA NEGRA
Una negra por el demonio sacudida
Quiso en un niño triste gustar de nuevos frutos
Y criminales bajo su veste agujereada.
Esta voraz prepara sus trabajos astutos;
Con su vientre compara los airosos pezones
Y allá donde la mano no consigue ascender
Eleva el golpeteo sordo de sus tacones
Como una rara lengua torpe para el placer.
Contra la desnudez miedosa de gacela
Que tiembla, sobre el dorso, como un gran elefante
Enajenada aguarda y se admira y encela
Y ríe con sus dientes ingenuos al infante.
Y entre sus piernas donde su victima se acuesta,
Bajo la crin la negra piel abierta al azar,
La extraña boca su paladar manifiesta
Pálido y rosa como un caracol de mar.
LA TUMBA DE EDGAR POE
Como la eternidad lo transforma en Sí mismo
El poeta se yergue con la desnuda espada
Sobre un siglo aterrado por el que fue ignorada
La muerte que triunfaba en esa voz de abismo.
Vil sobresalto de hidra que al ángel oyó dar
Al habla de la tribu un sentido más puro,
En voz alta anunciaron el bebido conjuro
De una negra mixtura en un innoble mar.
La tierra sea hostil, la nube nos repruebe,
Si no esculpe con ellos nuestra idea un relieve
Que la tumba de Poe de su belleza invista.
Mole calma caída de un cataclismo oscuro,
Que este granito muestre para siempre su arista
A los vuelos de la Blasfemia en el futuro.
UN TIRO DE DADOS
NUNCA ABOLIRÁ EL AZAR
Prefacio
Me agradaría que esta Nota no fuese leída o que,
Una vez transitada se la olvidase; ella enseña, al lector
Hábil, poco que se sitúe más allá de su penetración:
Pero puede confundir al ingenuo antes de que
eche una mirada a las primeras palabras del Poema
para que las que siguen, dispuestas como están, lo
conduzcan a las últimas, todo ello sin mayor novedad
que un espaciamiento de la lectura. Los "blancos",
en efecto, adquieren importancia, son lo primero que
llama la atención; la versificación comúnmente los exigía,
como silencio circundante, hasta el punto de que
un fragmento, lírico o de pocos pies, ocupa, en el
medio, alrededor de una tercera parte de una página:
yo no trasgredí esta medida, sólo la disperso. El
papel participa cada vez que una imagen, por sí misma,
cesa o vuelve, aceptando la sucesión de otras y, dado
que no se trata, como siempre, sino de rasgos sonoros
regulares o versos -más bien de subdivisiones
prismática de la Idea, en el instante que aparece y dura
su concurso, en alguna escenografía espiritual exacta-,
es en lugares variables, cerca o lejos del hilo conductor
latente, en razón de la verosimilitud, como se impone el
texto. La ventaja literaria, si me asiste el derecho de decirlo,
de esta distancia copiada que mentalmente separa grupos
de palabras o las palabras entre sí, parece ser acelerar
tanto como aminorar el movimiento, escandiéndolo,
convocándolo también según una visión simultánea de la
Página tomada ésta por unidad según lo es por otra parte
El Verso o línea perfecta. La ficción aflorará y se disipará,
rápidamente, conforme con la movilidad de lo escrito,
alrededor de las detenciones fragmentarias de una frase
capital introducida y continuada a partir del título. Agreguemos
que de este empleo al desnudo del pensamiento con retrocesos,
prolongaciones, huidas, o su dibujo mismo, resulta, para quien
quiere leer en voz alta, una partitura. La diferencia de
caracteres de imprenta entre el motivo preponderante, otro
secundario y los adyacentes, dicta su importancia a la emisión
oral y la situación, en el medio, hacia arriba, o hacia debajo de
la página, indicará que sube o desciende la entonación.
Sólo ciertas direcciones muy aventuradas, avances, etc.,
Que forman el contrapunto de esta prosodia, permanecen
En una obra, que carece de precedentes, en estado elemental:
No es que ya crea que la oportunidad sólo se presta para
ensayos tímidos; pero no me es lícito salvo una paginación especial
o de volumen por mi cuenta, por más valiente, generoso
o estimulante que se muestre con las hermosas libertades, obrar
en un Periódico demasiado contrariamente al uso. Habré,
de todos modos, mostrado del Poema que sigue, mejor que
el esbozo, un "estado" que no rompe en todos los aspectos
con la tradición; su presentación en muchos sentidos, sólo se llevó
tan adelante como para no ofuscar a nadie: lo suficiente para
abrir los ojos.
Hoy, o bien sin presumir del porvenir que saldrá de aquí,
nada o casi un arte, reconocemos sin dificultad que la tentativa
participa, inesperadamente, de algunas indagaciones particulares
y caras a nuestro tiempo: el verso libre y el poema en prosa.
Su reunión se cumple bajo una influencia, lo sé, extraña, la de la Música
Escuchada en el concierto; se encuentran en ella varios procedimiento
que me pareció se encuentran en las Letras: los recupero. El género,
que por ello se convierte poco a poco en algo como la sinfonía,
en comparación con el canto personal, deja intacto el antiguo verso,
al que consagro un culto y atribuyo el imperio de la pasión y de los
ensueños; en tanto éste sería el caso de tratar, con preferencia
(tal como sigue) ciertos temas de imaginación pura y compleja
o intelecto: ya que no existe ninguna razón para excluirlos de la Poesía,
única fuente